Como todas las mañanas Guillermo Bolívar, trabajador del Instituto de la Cultura (ICUM), se levanta con mucho ánimo para ir a laborar, le da gracias a Dios, por tener un empleo y poder llevar el sustento a su hogar, tiene un hijo especial y eso lo alienta a esforzarse a ser mejor persona y colaborar con todos, pues nadie sabe qué situación se vive en cada casa.
Por más de 25 años de servicio, Bolívar, relata su experiencia como trabajador, recuerda con mucho orgullo, que Mateo Manaure, junto a las autoridades colocaron la primera piedra para dar inicio a la construcción del edificio, donde funciona el Museo que lleva su nombre y que él estuvo presente y forma parte de su historia.
¿Qué actividades ha realizado en la institución?
Yo empecé mis actividades, como mensajero, luego pase por los departamentos de administración, finanzas y estuve de comisión de servicio en la biblioteca Pública “Dr. Julián Padrón”, a cargo de un infocentro, donde les entregaba las canaimitas a niños y jóvenes de las escuelas y liceos de la región, experiencia maravillosa que me permitió contemplar los rostros de felicidad de quienes recibieron su respectiva computadora portátil.
Actualmente soy el coordinador de bienes de la institución, puesto que hago con suma responsabilidad, amor y vocación de servicio.
¿Por qué trabajar por tantos años en una institución?
Me considero afortunado de ser uno de los trabajadores más antiguos del ICUM, junto a mi compañera de labores la señora Carmen Rodríguez. Soy un profesional a tiempo completo, estoy siempre dispuesto apoyar a otros departamentos, “amo lo que hago, trabajo en equipo y me la llevo bien con todos”, de eso depende la estabilidad laboral, acotó.
Ganar mucho o poco no te hace mejor trabajador, son tus actitudes y la disposición que tengas para enseñar a los empleados, siempre y cuando estén dispuestos aprender. Así como también cuidar y mantener todo lo que es de la institución.
¿Qué aportes das a la institución?
Pues me emociona saber que además de entregar todo por mi trabajo, colaboré con la modernización de todos los departamentos, en la parte de informática y, gracias a Dios se ha mantenido con los cuidados de los trabajadores.
Pienso que estar laborando en el ICUM, nos abre las puertas a un mundo maravilloso, donde se aprende todo lo que es cultura, de lo más mínimo a lo más amplio, nunca se termina de estudiar, se está en un continuo aprendizaje y eso me mantiene activo.
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