
Posteriormente, 82 Concejos Municipales de Venezuela, decretaron por igual esta celebración, hasta que en el año 1924 una ley del Congreso Nacional decretó la celebración anual en todo el territorio nacional. Poco a poco, esta celebración fue adaptándose a las festividades internacionales. Hoy, se conoce como el “Día de la Madre”.
Por consiguiente, la importancia de este grandioso día va dependiendo de la cultura y del reconocimiento que se le da a esa mujer que le ha dado vida a la humanidad, a esa mujer que siempre cuida -desde su vientre- al ser engendrado.
En la antigua Grecia, se rendía honores a la mitológica Rea (o Rhea), esposa de Crono y madre de Zeus, considerado como el Dios “supremo”. Los antiguos romanos la llamaban Cibeles, madre de la Tierra. En su honor se realizaban ofrendas durante tres días en el momento del equinoccio de primavera, cuando el día pasa a ser más largo que la noche.
En la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolló en Estados Unidos un movimiento por los derechos de la mujer y en favor de la paz, creándose un Día de la Madre. Finalmente, en 1914, el Presidente W. Wilson declaró el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en E.E.U.U. de América.
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