El casabe es un alimento derivado de la yuca amarga inicialmente producido por los nativos americanos arahuacos, taínos y caribes en toda la cuenca caribeña, en las Antillas Menores, Bermuda, Colombia, Cuba, Haití, Honduras, Islas Caimán, Jamaica, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, donde las raíces de sus plantas se podían localizar en los bosques tropicales pluviosos.
En el Oriente de Venezuela muchos grupos indígenas como: los yekuana, kariña, yanomami, piaroa y warao han logrado mantener en el tiempo la tradición de preparar este popular pan, transformándolo en el símbolo de su identidad como pueblo ancestral.
Según una antigua leyenda indígena La yuca (manihot esculenta), es una planta que lleva por nombre indígena "manioc", el relato devela que un día sucedió un hecho nefasto en una aldea donde murió un joven que por ser hijo de un cacique fue enterrado con gran pompa al cabo de un tiempo, de acuerdo con la costumbre, fueron a desenterrar sus restos, pero no encontraron su cadáver en la fosa.
En lugar de los restos, encontraron una gran raíz, la manioc o mandioca, que se convirtió en el principal alimento de los nativos de la región esta historia es el indicio claro del paso de la muerte de un indígena a un manjar que permite sustentar la vida de quien lo consuma.
Para su preparación los indígenas idearon una ingeniosa tecnología, denominada sebucán o tipíti. Algunos arqueólogos sostienen que ese procesamiento de la yuca amarga pudo originarse en Venezuela en la región orinoquense cerca de un milenio antes de nuestra era.
Para la época colonial, los conquistadores no consumían este alimento, puesto que lo consideraban insípido y mísero. Sin embargo, al no poder cultivar el trigo en muchas zonas cálidas, comprendieron que el casabe es perdurable para el almacenamiento, además de ser liviano para transportarlo.
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